El juego de Turquía en medio del avance del E.I.

Recep Tayyip Erdogan - Image Courtesy: World Economic Forum, Licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic | Wikimedia Commons

Recep Tayyip Erdogan –
Image Courtesy: World Economic Forum, Licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic | Wikimedia Commons

Por Franco Roselló – @franco_rosello

A pesar de los bombardeos de la coalición encabezada por Estados Unidos, el autodenominado Estado Islámico sigue avanzando sobre Kobane vulnerando a la defensa kurda, que quedó atrapada entre el fuego de los radicales islámicos y la frontera con Turquía. Por su parte, este último país cuyo Parlamento autorizó el uso del ejército para atacar por tierra al E.I, todavía no se dispuso a hacerlo por decisión de su Presidente, Recep Erdogan.

Turquía desde hace más de treinta años sostiene un conflicto armado con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el grupo étnico que busca crear su propio estado entre las fronteras de Irán, Irak, Siria y Turquía. Este conflicto, que tiene más de 40 mil muertos, estaba en proceso de negociación de paz desde febrero del 2013. Pero el avance del E.I sobre la ciudad de Kobane, habitada por kurdos de Siria, provocó que la población kurda de Turquía presione al Gobierno de Erdogan para que responda, en vista que sus fronteras también se encuentran amenazadas (cabe recordar que la población kurda turca ve a los kurdos sirios como hermanos). Pero lejos escuchar los reclamos, el Gobierno respondió reprimiendo duramente a los manifestantes del PKK, generando 34 muertos, y obstaculizando el pase hacia Siria para unirse en la lucha por Kobane. El lunes aviones de combate turcos bombardearon zonas de dominio kurdas, en lo que refleja el nuevo inicio del combate interno.

De esta manera Turquía ataca indirectamente un frente rival: el E.I avanza sin problemas sobre Kobane y, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, ya habría llegado al centro. Se debilita así la población separatista kurda, desinflamando un dolor de cabeza importante para el presidente Erdogan. Éste había aumentado su preocupación cuando Estados Unidos y «sus amigos» decidieron armar a los kurdos para combatir por tierra al E.I., resultando que luego que pase la guerra el armamento quedaría en manos de la población para reclamar su independencia.

Mientras tanto EE.UU sigue presionando para que Turquía, que forma parte de la OTAN y posee una base militar estratégica en Incirlik, colabore para combatir a aquellos que están combatiendo a sus rivales; y que, además, buscan derrocar al otro principal rival, Bashar Al Assad, Presidente Sirio. Analizando las complejas relaciones que entrelazan a los actores de Medio Oriente, parece difícil que el turco Recep Erdogan actúe antes de que el panorama lo favorezca.

Deja un comentario