Kobane recibe ayuda

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por @flor_aubain

Turquía permitirá el paso de los peshmerga desde el Kudistán irakí por medio de la frontera turca. Por su parte, Estados Unidos habría acordado el lanzamiento aéreo de municiones y suministros a las milicias que resisten el asedio del Estado Islámico hace un mes

Parece que la sostenida resistencia de los kurdos sirios en Kobane ha despertado a la Coalición liderada por Washington. Hace semanas que la ciudad siria está resistiendo el asedio de los combatientes del Estado Islámico a los ojos de la comunidad internacional. Hace más de 2 meses que EEUU decidió intervenir en Irak con ataques aéreos, y desde el 22 de septiembre los extendió a las posiciones jihadistas en Siria.

Pasado el primer bimestre, y con la amenaza de extender el califato hacia la ciudad de Kobane, cabe preguntarse acerca de la efectividad de la estrategia impulsada por Obama para “Degradar y Destruir” al Estado Islámico.

Surge un cúmulo de interrogantes que hacen más ruido a medida que la crisis en Kobane se extiende. Empiezan a sonar las sirenas de alarma en la población local. Se confirmarían entonces las teorías que sostienen que esta intervención, maquillada por la idea de coalición, no es más de lo mismo conforme la política norteamericana hacia la región.

Kobane es la evidencia. Kobane resiste sólo gracias a la capacidad de su población. Turquía, miembro de la OTAN y aliado estratégico en este conflicto, tuvo que ceder a la presión de Washington para abrir la frontera y permitir el paso de los peshmergas provenientes de Irak.

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Ahora bien, luego de un mes de combates en Kobane, la ayuda recién fue enviada este lunes. Entonces cabe preguntarse: ¿Por qué la expulsión de los yazidis en el norte de Irak despertó inmediatamente la declaración de Washington y el anunció de Obama? ¿Por qué los kurdos de la ciudad de Kobane no tienen el mismo status ante la ofensiva del EI?

La realidad Siria es muy diferente. Hay que recordar que Bashar Al-Assad nunca dejo de ser un problema para Washington. Hay que considerar la teoría que sostiene que la intervención norteamericana en Siria tiene como fin último debilitar a Bashar Al-Assad, precipitando su caída. No se puede ignorar que el amplio arco de la coalición está conformado por países muy comprometidos con este objetivo.

A su vez, el conflicto interno que libra Turquía con los kurdos está inclinando la balanza a favor de los jihadistas. Tal vez por lo burdo, por lo grosero de la entrega de Kobane,  es que han cambiado de estrategia. Pero no se puede ignorar que la relación del Gobierno de Ankara con los kurdos no está exenta de matices. Basta recordar que los lazos entre los kurdos turcos y los sirios, quienes los consideran hermanos. Basta recordar que el partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) es considerado una organización terrorista por EEUU y Turquía. Y son los lazos entre el PKK y los combatientes de las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) lo que mantiene reacio a Recep Tayyip Erdogan a intervenir en Kobane.

Los objetivos particulares de Turquía se revelan: el debilitamiento de las regiones autónomas en manos de los kurdos es el primer paso, y para eso el EI es un aliado incómodo aunque efectivo.

El juego de Turquía en medio del avance del E.I.

Recep Tayyip Erdogan - Image Courtesy: World Economic Forum, Licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic | Wikimedia Commons

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Image Courtesy: World Economic Forum, Licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic | Wikimedia Commons

Por Franco Roselló – @franco_rosello

A pesar de los bombardeos de la coalición encabezada por Estados Unidos, el autodenominado Estado Islámico sigue avanzando sobre Kobane vulnerando a la defensa kurda, que quedó atrapada entre el fuego de los radicales islámicos y la frontera con Turquía. Por su parte, este último país cuyo Parlamento autorizó el uso del ejército para atacar por tierra al E.I, todavía no se dispuso a hacerlo por decisión de su Presidente, Recep Erdogan.

Turquía desde hace más de treinta años sostiene un conflicto armado con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el grupo étnico que busca crear su propio estado entre las fronteras de Irán, Irak, Siria y Turquía. Este conflicto, que tiene más de 40 mil muertos, estaba en proceso de negociación de paz desde febrero del 2013. Pero el avance del E.I sobre la ciudad de Kobane, habitada por kurdos de Siria, provocó que la población kurda de Turquía presione al Gobierno de Erdogan para que responda, en vista que sus fronteras también se encuentran amenazadas (cabe recordar que la población kurda turca ve a los kurdos sirios como hermanos). Pero lejos escuchar los reclamos, el Gobierno respondió reprimiendo duramente a los manifestantes del PKK, generando 34 muertos, y obstaculizando el pase hacia Siria para unirse en la lucha por Kobane. El lunes aviones de combate turcos bombardearon zonas de dominio kurdas, en lo que refleja el nuevo inicio del combate interno.

De esta manera Turquía ataca indirectamente un frente rival: el E.I avanza sin problemas sobre Kobane y, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, ya habría llegado al centro. Se debilita así la población separatista kurda, desinflamando un dolor de cabeza importante para el presidente Erdogan. Éste había aumentado su preocupación cuando Estados Unidos y «sus amigos» decidieron armar a los kurdos para combatir por tierra al E.I., resultando que luego que pase la guerra el armamento quedaría en manos de la población para reclamar su independencia.

Mientras tanto EE.UU sigue presionando para que Turquía, que forma parte de la OTAN y posee una base militar estratégica en Incirlik, colabore para combatir a aquellos que están combatiendo a sus rivales; y que, además, buscan derrocar al otro principal rival, Bashar Al Assad, Presidente Sirio. Analizando las complejas relaciones que entrelazan a los actores de Medio Oriente, parece difícil que el turco Recep Erdogan actúe antes de que el panorama lo favorezca.

A pesar de la larga alianza, los gobiernos de EE.UU e Israel cada vez más enfrentados

Los cruces diplomáticos entre los funcionarios estadounidenses e israelíes visibilizó el momento de tensión que enfrentan los representantes de dos gobiernos históricamente aliados. Una vez más Obama se opuso a los asentamientos en Palestina y Netanyahu respondió duramente. Paradójicamente la pelea deja al país norteamericano como moderado frente a los reclamos israelíes

Barack Obama y Benjamin Netanyahu - By Executive Office of the President [Public domain], via Wikimedia Commons

Barack Obama y Benjamin Netanyahu – By Executive Office of the President [Public domain], via Wikimedia Commons

Por Franco Roselló – @franco_rosello

Históricamente a Estados Unidos e Israel los une una relación casi como de padre e hijo. Ésto se puede comprobar con sólo ver las posturas en las asambleas de la ONU, las visitas entre mandatarios y la ayuda económica, además de comercio, entre los dos países. Pero en este último tiempo, el que protagonizó Barack Obama al frente de EE.UU, surgieron numerosos cruces que llegaron a plasmarse mediáticamente, demostrando que hay un distanciamiento diplomático marcado.

El foco de conflicto más visible es en relación al Pueblo palestino. El Gobierno de Obama siempre mantuvo firme su posición a favor de la solución por medio de la formación de dos Estados, y para eso criticó todos los anuncios de construcción de nuevos asentamientos israelíes en tierras palestinas. Las últimas reuniones entre los representantes de los tres gobiernos finalizaron, luego de la oposición norteamericana a la expansión israelí,  en la conocida operación «Margen Protector» contra Palestina. Días antes el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, mantuvo reuniones con dirigentes de Turquía y Catar para involucrar a los vecinos regionales en «poner fin a los ataques con cohetes procedentes de Hamas«. Ante esto, diversos medios israelíes criticaron duramente al funcionario, gesto que puertas adentro, para Estados Unidos, se trató de un desplante por parte del Premier hebreo.

Durante la operación israelí sobre Palestina, el Gobierno de Obama buscó moverse para que termine cuanto antes, aunque nunca tomando alguna decisión en contra de su histórico aliado. Fue repetida la imagen del Secretario de Estado estadounidense reuniéndose en Egipto con diferentes mandatarios de la región para lograr el cese del fuego.  Probablemente este gesto, en vez de posicionarse en defensa suya, cayó mal en el seno del gobierno de Netanyahu. También es cierto que las relaciones militares entre ambos países no sufrió ningún cambio: el Domo de Hierro con el que Israel interceptó los misiles de Hamas fue financiado con dólares norteamericanos, además de los US$225 millones que, según decidió su Parlamento, entregará para reforzarlo. No hay dudas, para los dirigentes, de que Israel tiene que seguir siendo una potencia militar en la zona, pase lo que pase.

Otro de los desencuentros que desgastaron la relación entre los dos Gobiernos fue la decisión de Estados Unidos de sólo imponer sanciones a Irán por su plan nuclear. Obama siempre se posicionó en contra del enriquecimiento de uranio iraní, pero lejos de invadir o presionar militarmente, decidió, junto con el Grupo 5 + 1 (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia- más Alemania), negociar para llegar a un acuerdo. Israel, por su parte, buscó siempre ser mas duro para que «Iran no quede en el umbral de ser una potencia nuclear«, dejando en claro que las sanciones no deberían ser levantadas. Las charlas entre los siete países continúan dándole un margen de maniobra a Rohani, presidente iraní, para desarrollar tecnología nuclear con fines pacíficos, a pesar de Netanyahu.

Un tercer frente de desacuerdo fue la intervención estadounidense en Siria luego de que el Presidente Bashar Al Assad usara armas químicas para combatir a la oposición armada. Obama, cuando casi estaba enviando sus tropas (y armando a los opositores), se topó con la decisión de Rusia en intervenir en el conflicto proponiendo un plan de eliminación del armamento químico. Nuevamente mediante el diálogo. Israel quedó pidiendo una intervención que despojara a un antiguo enemigo del medio, pero una vez más, contrario a la historia de la relación, Estados Unidos tomó una postura más moderada.

Turquía enviará militares a Siria e Irán prende la luz de alerta

Parlamento turco en plena votación

Parlamento turco en plena votación

Por Franco Roselló – @franco_rosello

El Parlamento turco aprobó ayer el envío de militares hacia Siria e Irak para combatir al grupo armado autodenominado «Estado Islámico». De esta manera se convierte en el primer país en permitir avances terrestres sobre los territorios tomados, ya que desde el 22 de septiembre Estados Unidos, junto a una importante coalición de Gobiernos de Medio Oriente y Europa, además de Australia recientemente, vienen realizando bombardeos y apoyo logístico.

A pesar de los numerosos ataques aéreos en Irak que vienen realizando Bahrein, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Qatar y Estados Unidos, este último también en Siria, el autoproclamado «Estado Islámico» no para de avanzar sobre tierras tomadas. Tampoco evitó ésto la ayuda por parte de los gobiernos de Francia, Gran Bretaña, Alemania y otros países de Europa. Los rebeldes están cerca de ingresar a la ciudad de Kobani, donde habita el pueblo Kurdo y que limita con Turquía. Éste último no se había involucrado en el conflicto ya que tenía 46 ciudadanos rehenes del grupo. Pero su liberación modificó el panorama por completo.

Durante el día de ayer el Poder Legislativo turco aprobó, 298 contra 98, el envío de tropas hacia la zona en conflicto. Akif Hamzacebi, del Partido de Turquía Republicano del Pueblo, acusó que la decisión «apunta a la lucha contra el Gobierno sirio, no a los terroristas del E.I». Ertugrul Kurkcu, del Partido Democrático del Pueblo, fue más incisivo todavía y señaló: «Ustedes (por los legisladores de Ankara) fueron los que apoyaron al E.I, y todavía lo siguen haciendo».

El proyecto aprobado por el Parlamento turco además permite, durante un año, la utilización de sus bases militares por parte de ejércitos extranjeros. Algunos días antes de la votación el Gobierno colocó 15 tanques para vigilar la frontera con la ciudad que está siendo asediada por los militantes del E.I. El grupo estaría a un kilómetro de la entrada a la ciudad y tendría en su poder tanques robados al Ejército sirio. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos reveló que la milicia kurda que custodia la ciudad estaría huyendo hacia Turquía.

Fuera de los cuestionamientos fronteras adentro, la decisión turca también cayó mal en los gobiernos de Siria e Irán. «Los países de la región deben actuar de forma responsable en lo que respecta a la situación actual, y no contribuir a la exacerbación de la situación», sostuvo el Ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, en una conversación con su par turco Mevlut Cavusoglu. El embajador de Irán en Turquía también cuestionó que la falta de unidad entre los países de Medio Oriente allanaría el camino de los grupos armados opositores. «La forma más efectiva y práctica para hacer frente a la banda terrorista del E.I es la cooperación entre Irán, Turquía y algunos otros países de la región», expresó  Alireza Bigdeli.

Por su parte el Gobierno sirio, principal implicado en el asunto, respondió, por medio de su Vicecanciller, Faisal Miqdad, que cualquier acción militar por parte de Turquía dentro del territorio de Siria será considerada un acto de agresión. Lejos de moderarse, el funcionario también acusó a los gobiernos de Turquía y Arabia Saudita de estar implicados en la formación grupos rebeldes para derrocar al presidente Bashar Al Assad. La Cancillería del país también denunció que «las organizaciones terroristas que algunos países occidentales les gusta llamar ‘oposición armada moderada'» planificaron el atentado en la ciudad de Homs que dejó 33 personas muertas, entre ellos 22 chicos. La denuncia surge luego de que Estados Unidos y sus aliados evaluaran armar a los grupos opositores a Bashar al Assad para combatir al E.I. sin ingresar sus tropas.

De esta manera se irritarían, nuevamente, las relaciones entre los países que, hasta ahora, parecían unidos en pos del combate contra un enemigo común. Damasco veía con buenos ojos los avances de Estados Unidos y sus aliados, enemistados con Al Assad, sobre sus otros rivales, el E.I. (¿Qué mejor que tus enemigos se maten entre ellos). Incluso la negativa a la intervención terrestre sonaba todavía más atractiva, a pesar de que se anunció el refuerzo de los grupos opositores internos más moderados. Irán, aliado de Al Assad, de todas maneras advirtió que todo avance militar debía ser previamente coordinado con el país. Pero la aparición de Turquía, vecina de Siria, miembro de la OTAN y estratégicamente posicionada, prende luces de alerta sobre Irán y Siria.

Con el eje en el terrorismo

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Por Florencia Aubain- @flor_aubain

Aunque la agenda oficial a tratar se estructuraba en torno a tres asuntos que preocupan a la comunidad internacional, como el terrorismo, el cambio climático y la lucha contra la proliferación del Ebola, bien se puede afirmar que las declaraciones en torno a la guerra contra el Estado Islámico tuvieron más repercusión en los medios mundiales, relegando a un segundo plano las otras dos temáticas.  

Estados Unidos fija la agenda, y en este sentido, las declaraciones que importan son las que benefician la expedición occidental en Medio Oriente otra vez. Sin embargo, las repercusiones en torno de las declaraciones de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner no han pasado desapercibidas.  Párrafo aparte merece la encendida retórica de la mandataria en el foro internacional.

Estados Unidos necesitaba demostrar que esta no es otra incursión intervencionista como las de Afganistán, Irak o Libia, por ellos necesita el respaldo de las naciones árabes del Golfo Pérsico. La estrategia busca disuadir a la opinión pública en general y a los aliados europeos en particular, que han convenido la participación en las maniobras para desarticular al Estado Islámico pero han restringido su participación a las posiciones que ocupan los jihadistas en Irak.

En declaraciones hechas el pasado miércoles en la Asamblea General de la ONU, realizada entre el 24 y el 30 del corriente en la Ciudad de New York, Obama resaltó  que la solución definitiva a la guerra civil en Siria debe ser “política”, ya que “debe incluir las legítimas aspiraciones de todos los ciudadanos». De esta manera puso en pie de igualdad la violencia generada por el EI y el régimen de Bashar Al- Assad, destacando la ayuda facilitada, en materia de equipamiento y entrenamiento a la oposición siria, difícil de identificar en medio de los conflictos que se desarrollan actualmente en Siria.

La situación de Estados Unidos en Siria es, por lo menos, incómoda. La administración de Obama se ha negado repetidas veces a articular los ataques con el régimen Sirio de Bashar Al-Assad. A EEUU le es fácil irrumpir en este territorio dando apenas un aviso a las autoridades del gobierno, como sucedió el lunes por la madrugada, cuando se registraron los primeros bombardeos. Sin embargo, necesita de la legitimidad que le provee la presencia de aliados musulmanes en esta operación.   A pesar de las sospechas que sobrevuelan sobre los reinos que conforman la coalición, que acusan de colaboracionismo en diversos grados con los jihadistas del EI.  EEUU está contribuyendo a destruir al enemigo interno más poderoso que enfrenta el régimen de Al- Assad, lo que incomoda. ¿Cómo hará Obama para denigrar y destruir al EI sin beneficiar al gobierno de Damasco? en una primera instancia, cuando se especuló con una alianza superadora de las diferencias entre ambos jefes de estado, la opción fue deliberadamente descartada por la Casa Blanca hace semanas.

Por su parte, el discurso de Cristina Kirchner en el Consejo de seguridad como miembro no-permanente criticó el poder de veto de los miembros permanentes del Consejo y apuntó contra el plan impulsado por EEUU para derrotar al EI. Señaló que hay que revisar el “método” con el que se busca combatir el terrorismo, y en la necesidad de dejar de “alimentar al monstruo”.

Ciertas agencias de inteligencia pusieron espadas en manos de locos y ahora no perdonan a nadie. Todos los que hayan participado en la creación de estos grupos deben reconocer sus errores

Presidente de Irán, Hassan Rohani, en la Asamblea General de la ONU

Presidente de Irán, Hassan Rohani, en la Asamblea General de la ONU

El presidente de Irán, Hassan Rohani, se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas en un discurso donde analizó el acontecer en en medio oriente. Hizo especial hincapié en la situación que se vive en Siria e Irak con el acoso del grupo terrorista Estado Islámico que busca imponer el califato en la región del Levante.

El presidente iraní calificó a estos radicales como una vergüenza para el Islam y apuntó a las potencias occidentales que impulsaron este tipo de revueltas por haber instaurado democracias «débiles» que no pueden hacerle frente a esta situación.

Criticó también contra las sanciones que recibe por su plan de desarrollo nuclear pacífico en lo que calificó como una actitud «iranófoba» de parte de los países occidentales.

Estados Unidos bombardea Siria

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por @flor_aubain

El Pentágono confirmó los primeros ataques contra las posiciones del Estado Islámico en Siria, con el apoyo de cinco naciones árabes. Las maniobras aéreas alcanzaron sitios de almacenamiento y centros de entrenamiento de los jihadistas cercanos a la Ciudad de Raqqa. El contraalmirante John Kirby confirmó el uso de aviones caza, bombarderos y misiles Tomahawk.

Lo que hace una semana era un enigma se reveló hace algunas horas con los primeros ataques aéreos de EEUU en territorio Sirio. La «Conferencia por la Paz y la Seguridad en Irak» realizada en París había concluido con la indeterminación de las operaciones a seguir contra el Estado Islámico en Siria. Pero eso ya es pasado.  El Pentágono confirmó los primeras maniobras sobre las posiciones del Estado Islámico en Siria. Resta por responder otra serie de cuestiones.

En primer término, la legitimidad de EEUU y sus socios para atacar este territorio, cuando siquiera el Gobierno de Damasco fue participado de las reuniones que derivaron en la conformación de una alianza internacional. Una “alianza”, lo que supone que EEUU no actúa sólo. Lo que supone que hay más que un responsable por las acciones militares que se desplieguen en territorio Sirio. Las que pudieran afectar tanto a los jihadistas del EI, del Frente Al Nusra (fracción de Al-Qaeda) como a civiles inocentes. Emiratos Arabes, Jordania, Qatar, Arabia Saudita y Barehin participaron esta madrugada de la primera intervención  norteamericana en Siria, profundizando los ataques iniciados el pasado 8 de agosto contra el grupo jihadista en Irak.

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Aquí  surge otra cuestión incómoda para la alianza contra el Estado Islámico: la violación de la soberanía de un Estado. El despliegue de una estrategia militar, aún así basada en ataques aéreos, requiere el respeto de aspectos formales, aún siendo meramente protocolares. Según se pronunció la cancillería Rusa en las últimas horas, una notificación formal unilateral de EEUU al gobierno de Damasco no es suficiente. El protocolo internacional requeriría el tratamiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, como se procedió en el pasado reciente en Libia.

A pesar de que la Casa Blanca no se pronunció sobre los ataques de última hora, Barack Obama participará hoy de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde se espera que de detalles su plan para abatir al EI.

La silenciosa omisión de la “Cuestión Siria” ya no se puede evadir.  Si el objetivo es derrotar al EI, es inevitable irrumpir en territorio sirio.  Era cuestión de tiempo para que la administración de Obama retomara la cuestión siria, después de las fuertes acusaciones hacia Bashar Al- Assad y el cruce por las armas químicas que el año pasado tuvo sus puntos críticos con la mediación de Rusia en el conflicto.

Esta vez, la administración norteamericana busca legitimar su intervención articulando una alianza más amplia de naciones árabes que participaron en el primer día de maniobras aéreas. Sin Embargo, una alianza con Teherán, con fuerte potencial estratégico en la región, sigue siendo más absurda conforme se formalizan los planes de EEUU.

Y se va la segunda

conferencia por la paz en irak

Por Florencia Aubain @flor_aubain

Tras el anuncio de Barack Obama la semana pasada en el aniversario del 11S, en el que se aplicó una estricta semántica para rodear la guerra sin mencionarla ni una sola vez, las alianzas tradicionales ya han dado el respaldo esperado por EEUU. Ayer el presidente de Francia declaró su apoyo a una nueva campaña en Irak. Sin embargo, contrariamente a lo que parecería un leve acercamiento “táctico” con aliados naturales frente a enemigos comunes en la región, como Teherán y Al-Assad, las tradicionales potencias occidentales han optado por la tradicional irrupción unilateral, incluso con la presencia de una decena de representantes de Medio Oriente en la “Conferencia por la Paz y la Seguridad en Irak”. Ya el nombre del encuentro anticipa otra incertidumbre, de qué irá esta campaña en Siria, evitando mencionar tanto un plan concreto como un acercamiento con el Gobierno de Damasco, a pesar de las repetidas declaraciones desde el Gabinete de Al-Assad para actuar de “manera conjunta” contra un “enemigo común”.

La nueva aventura de EEUU estará dirigida a debilitar las posiciones de los jihadistas mediante bombardeos aéreos, según precisó el propio Obama, aunque lo más llamativo de su anuncio fue, no tanto el rechazo da cooperación con el gobierno de Al-Assad, sino más bien su plan basado en fortalecer a la oposición al Gobierno, con el fin de que sea esta la que destierre al Estado Islámico (EI) de esa región, a la vez que resuelve el conflicto político. Dos pájaros de un tiro.

Aunque desde la Casa Blanca han buscado evitar  mencionar la declaración de guerra al EI, parecer ser esta sólo una cuestión semántica. La noche de la víspera del aniversario del 11 de septiembre, el presidente anunció, en un breve mensaje por televisión, la decisión de exterminar al EI, sin precisar demasiado sobre la estrategia a seguir. Mientras tanto, John Kerry viajó a Bagdad a dar su apoyo al nuevo gobierno de  Haïdar Al-Abadi.

Los dos socios principales de la entente, Hollande y Cameron, han evitado las declaraciones sobre la cuestión Siria, a la vez que han reforzado su oposición a llevar a cabo alguna acción conjunta con el régimen de Teherán. El primer Ministro conservador David Cameron, afirmó el envío de artillería a los peshmergas (combatientes kurdos),  mientras que los primeros aviones de reconocimiento franceses sobrevuelan la región en conflicto.

Como sucediera en Libia hace apenas 3 años, las tropas de la OTAN se preparan para intervenir en un nuevo conflicto en Medio Oriente, aunque existen algunas diferencias con aquel episodio, que llevara al colapso político, sometido hoy a las disputas tribales irreconciliables. Esta vez, el conflicto no involucraría tropas terrestres en el frente de batalla, sino que se limitaría a una acción aérea y a la reconstrucción del ejército Irakí prevista por los miembros de la coalición reunidos en París en el día de ayer.  Por otro lado, la intervención no ha sido objeto de la discusión en el Consejo de Seguridad de la ONU, como lo fue la decisión de intervenir en Libia, con la Resolución 1973, con las abstenciones silenciosas de Rusia y China. Esta vez, no hizo falta llevarlo hasta esa instancia, que de alguna manera sólo sirve para darle un eco de legitimidad a este tipo de aventuras impulsadas desde EEUU. Otra vez, la historia se repite. Y viendo los saldos de las experiencias pasadas, nada hace pensar que se llegue a una solución para las poblaciones que padecen el flagelo interno y la intervención externa.

«Los 45 cascos azules de la Fuerza de la ONU de Observación de la Separación en los Altos del Golán (UNDOF) que se encontraban detenidos desde el 28 de agosto por el grupo rebelde sirio Frente Al Nusra fueron puestos en libertad»,  confirmó el comunicado de prensa de la ONU.

 

Por Franco Roselló – @franco_rosello

Luego de dos semanas de negociaciones, donde estuvieron a punto de enfrentarse fuerzas de la paz de las Naciones Unidas contra militantes del grupo islamita, los observadores del cese el fuego entre Siria e Israel fueron liberados. 

Una semana antes el Brigadier General del Frente Al-Nusra, Mosese Tikoitoga, pidió que su agrupación sea removida de la lista de terroristas, además de acusar a la ONU de tener una postura a favor de su principal contrincante, el presidente sirio Bashar Al Assad. También exigió que las Naciones Unidas realicen trabajo humanitario en las zonas de combate alrededor de Damasco.

Frente a los pedidos del grupo armado, el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, reiteró que las negociaciones continuarían. Finalmente días después los secuestrados fueron liberados. El organismo informó que «regresarán a su país -Fiji- y serán reemplazados por personal nuevo».

Luego de la noticia Ban Ki Moon realizó un discurso resaltando la «imparcialidad» del grupo de tareas formado en en 1974, luego de la Guerra de los Seis Días entre Israel y sus vecinos de Medio Oriente, para supervisar el cese el fuego en los Montes del Golán.

@franco_rosello

La pelea de Al-Qaeda y el Estado Islámico, antes hermanos

Por Franco Roselló – @franco_rosello

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El grupo terrorista nacido en Afganistán para combatir a la Unión Soviética, cuyo objetivo es establecer un califato en tierras musulmanas, actualmente atraviesa una etapa decisiva: su rival, el autodenominado Estado Islámico, se instaló en gran parte de Siria e Irak y suma cada vez más militantes provenientes de todas partes del mundo; incluso el grupo terrorista Boko Haram, que controla varias zonas del norte de Nigeria, y que amenaza ciudades fronterizas de Camerún, declaró su apoyo a Abu Bakr al Baghdadi, líder del E.I. La organización acusada de orquestar el atentado a las Torres Gemelas en Estados Unidos, ahora disputa su hegemonía militar como grupo religioso rebelde.

La decisión del Estado Islámico de comenzar acciones en Siria fue el motivo para que Ayman al-Zawahiri, jefe de Al-Qaeda luego de la muerte de Osama Bin Laden, decidiera apartar a la fracción. Al Baghadi, luego de la rápida expansión que logró su grupo, se declaró califa en tierras ocupadas de Siria e Irak, desconociendo el liderazgo de la organización que antes integró y declarándose líder supremo de la comunidad musulmana.

«Si usted dice que está haciendo la yihad (guerra santa) para defender los lugares santos de los musulmanes, entonces no debe transgredir contra ellos o su dinero o el honor, y ni siquiera transgredir sus hermanos muyahidines (guerreros del islam) con la palabra y la acción», sostuvo al-Zawahiri haciendo referencia implícitamente al E.I durante el anuncio de la nueva célula que operará en la India, Myanmar y Bangladesh. De esta manera Al-Qaeda ampliará sus actividades a un país que tiene de religión musulmana a un 15% de su población, estimando un número de 175 millones de personas, la tercer región con más musulmanes, buscando así recuperar el estatus de poder que fue disminuyendo con el crecimiento del E.I.

El enfrentamiento entre los dos grupos se da en tierras sirias, donde el Frente Al Nusra (brazo de Al-Qaeda en Siria) y el Estado Islámico combatieron, en un principio, al gobierno de Bashar Al Assad y actualmente se encuentran disputándose el mayor frente opositor. El líder del Al Nusra, Abu Mohamed Al Jolani, decidió permanecer bajo el mandato de Zawahiri; algo que Baghdadi rechazó convirtiéndolo en rival. Para marcar la diferencia, el brazo sirio de Al-Qaeda creó un emirato en las tierras dominadas que depende del líder de la organización y es administrado por un emir, creando un polo enemigo al califato impuesto por el Estado Islámico. La disputa incluso se visibiliza en las redes sociales, donde hacen gala de sus ataques al grupo rival buscando atraer a jóvenes militantes.

Los ataques militares aéreos comandados por Estados Unidos con el apoyo de la Unión Europea favorecerían, en esta disputa interna, al grupo islámico más antiguo. Pero, según confirmó el Pentágono, el país norteamericano logró asesinar al jefe de la milicia Al Shabab, una de las más grandes de Al-Qaeda en África que reside en Somalía. Ahmed Abdi Al Mohammed, también conocido como Ahmed Godane lideró al grupo armado acusado del ataque en 2013 al centro comercial de Nairobi, en Kenya, que dejó alrededor de 70 muertos. La CIA ofrecía, como recompensa por información sobre Godane, siete millones de dólares.

Estas disputas internas, lejos de consolidar el poder que están logrando las milicias islamitas sunnitas radicales, favorecen a sus rivales. En Siria el Presidente Bashar Al Assad logró estabilizar, apenas un poco, la situación frente a sus opositores amén de las diputas internas que sufren estos frentes.

@franco_rosello