Problemas en el comercio con Brasil

Por Arístides Hegoburu (@pungol_)

Argentina y su principal socio regional se encuentran en un particular momento en lo que refiera a la relación económica. Datos del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio exterior demuestran el desajuste en su vínculo durante el último año.

La relación comercial entre Argentina y Brasil atraviesa una fuerte caída. (Foto: Télam)

La relación comercial entre Argentina y Brasil atraviesa una fuerte caída. (Foto: Télam)

La relación bilateral entre Buenos Aires y Brasilia pasa por un momento de crisis en el plano del intercambio de mercancías. Luego de las elecciones presidenciales ajustadas en Brasil que dieron como ganadora a Dilma Rousseff el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior informó que las ventas de Argentina cayeron un 27% con respecto al año pasado. La importancia del país como socio comercial de su vecino también está en baja y ahora solo representa un 6,4% en el terreno de las importaciones.

Según contó a Diario Publicable el economista Alejandro Rofman, la baja en el flujo comercial entre los dos países se debe básicamente a la caída en la demanda interna y se traduce en un“debilitamiento de la capacidad de crecimiento de la industria”. En el mismo sentido, su colega de raíz desarrollista Aldo Ferrer apunta que ambas economías “han tropezado con una estabilidad macroeconómica con variaciones en las paridades y en ambos casos con el riesgo de caer en la trampa del dólar barato que deterioran la competitividad”.

Uno de los problemas a los que apunta Ferrer en este caso tiene que ver con la poca integración industrial en que se encuentran Argentina y Brasil. Señaló a este medio que uno de los inconvenientes eran que “las terminales industriales en ambos países son extranjeras e integran su cadena de valor con las filiales” y apuntó que “es necesario que los dos países sumen sus cadenas de valor para dinamizar su sector exterior”.

Como punta fundamental de esta baja en el intercambio comercial se encuentra el sector de las automotrices y autopartes que detuvieron su flujo bilateral. Rofman asegura que para el año que vienelas perspectivas son positivas sin ser elevadas” pero que van a servir para mitigar esta tendencia a la baja. Por el contrario, Aldo Ferrer afirma que “todavía es pronto para suponer que haya una reactivación fuerte del comercio y del crecimiento entre los dos países”.

Una de las causas que también es señalada como causante de esta situación bilateral es la política cambiaria del gobierno argentino y la restricción a determinadas importaciones. En este sentido ambos economistas coinciden en la necesidad de controlar el mercado de divisas para paliar su escasez que es un viejo problema argentino. Señala Ferrer a Diario Publicable que es necesario“aprovechar la capacidad que tiene el Estado argentino para resolver esos problemas y acelerar el desarrollo de los hidrocarburos para cerrar el déficit energético, pero principalmente dinamizar el sector de manufacturas de origen industrial”.

Artículo publicado originalmente en Diario Publicable

 

 

Dilma gana en segunda vuelta

Ayer, Dilma logró imponerse con el 51, 6%, mientras que Neves cosechó un 48,3%. El PT se hizo fuerte en regiones claves, pero perdió por amplia diferencia en San Pablo. Los principales desafíos que se vienen.

Por Santiago La Froscia- @slafroscia

La victoria obtenida ayer por el PT fue la más apretada desde la elección de Lula en el 2002. Unos tres millones de votos separan a Dilma de Neves, el candidato del PSDB. El Partido de los Trabajadores logró hacerse muy fuerte en las regiones Norte y Nordeste, las más históricamente castigadas, además de vencer en Minas Gerais y en Rio de Janeiro. Sin embargo, no pudo quebrar la resistencia en la zona más rica e industrializada del país: San Pablo. Allí la derrota fue 65% a 35%.

En su discurso triunfal, Dilma agradeció a todas y todos los brasileros y brasileras, a Lula y a los partidos que son parte de la alianza victoriosa. Llamó a crear «puentes» entre los dos proyectos y modelos de país e integración que se enfrentaron en ésta elección para así transformar  «el calor de la disputa en energía constructiva». Además, mencionó claramente cuál será su principal objetivo en lo inmediato: una reforma política amplia, para que entre otras cosas se termine con el financiamiento electoral privado. Éste fenómeno es señalado como uno de los principales pilares que genera las condiciones para que grupos financieros, económicos y mediáticos fuertes tengan influencia en la elección y promoción de los candidatos.

El resultado final deja algunos puntos claves.

En primer lugar, los votantes. La polarización PT-PSDB del electorado brasilero volvió a favorecer al PT. En comparación con la primera vuelta, el Partido de los Trabajadores obtuvo 11 millones de votos más. Las dos principales fuentes del nuevo caudal fueron los ex votantes de Marina Silva (que sumaban 22 millones) y aquellos que en primera vuelta habían votado en blanco y nulo, ya que el porcentaje de éstos bajó un 3%.

Por otro lado, el PT se hizo muy fuerte en el Norte y Nordeste. Éstas son las zonas históricamente, y de manera estructural, más pobres del Brasil. Sin embargo, desde el primer mandato de Lula, los ingresos y el PBI per cápita han crecido, mientras que se redujo la tasa de desempleo. Además, los municipios de éstas regiones son los más beneficiados del segundo Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC)  y los habitantes de estas zonas, a razón de sus bajos ingresos familiares, son los principales receptores de las políticas sociales, como el programa Bolsa Familia.

En segundo lugar el PT ha logrado mantener la unidad y sostenerse como fuerza hegemónica dentro una amplia alianza, que incluye al PMDB, PDT, PCdoB, PR, PP, PRB, PROS y PSD. Sin dudas, al observar los partidos que integran esta coalición, es notoria la cintura de negociación y pragmatismo del PT. Estos parecen ser, además, los requisitos necesarios para sostener la gobernabilidad, ya que hay muy poca coincidencia ideológica y programática entre el PT y sus aliados. Además, el mayor aliado del PT, el centro-derechista PMDB, ha «dividido» sus adhesiones, por lo que habrá que observar cómo se desarrolla la articulación al interior de la alianza. Pero tampoco hay una unidad al interior del PT. Hay diversas facciones y posturas, algunas muy opuestas a la figura de Dilma. Será clave también lograr mantener la unidad partidaria.

Este segundo punto se relaciona, sin dudas, con la difícil relación entre Ejecutivo y Legislativo que se vislumbra en el horizonte. Con sus aliados, el PT logra mantener la mayoría en el Congreso, tanto en Diputados como en Senadores. Pero, como dijimos, las negociaciones para la unidad no serán fáciles. Por otro lado, en ésta elección han sido elegidos legislativos profundamente conservadores, lo que hace que, cualquier trastoque en la alianza mayoritaria, los planes y proyectos reformistas del gobierno se vean afectados.

Otro punto clave para el futuro es la cuestión económica. Más allá de las previsiones terribles y casi apocalípticas  que se intentaron imponer desde los grandes grupos mediáticos, la realidad es que la economía brasilera ha dejado de crecer. Sin embargo, las perspectivas de la población son auspiciosas: según un relevamiento del Folha de San Pablo, la mayoría cree que el poder de compra de los asalariados se mantendrá, lo que también será el motor del mercado interno. La cuestión está en lograr dinamizar los sectores claves y revertir algunos déficit sin realizar el ajuste fiscal que supondría el recorte de la mayoría de los planes sociales, hecho que afectaría a los principales sectores que confiaron en Dilma.

A dos días del ballotage

A dos días del ballotage, hay optimismo en el PT por las encuestas favorables difundidas en los últimos días. Neves, a pesar del apoyo de la Bolsa y los grupos financieros, parece haber perdido el impulso. Desde aquí, planteamos algunos posibles motivos. Por Santiago La Froscia- @slafroscia

Las últimas encuestas difundidas ayer por Datafolha y por Ibope dan a Dilma Rousseff una ventaja que fluctúa entre el siete y el ocho por ciento frente a Aécio Neves, su rival del ballotage del domingo. El aumento de las intenciones de voto hacia Dilma estuvo acompañado por la suba de la imagen positiva del Gobierno y del rechazo hacia Aécio. Según la encuesta de Datafolha, hay un 41% de los electores que «no votarían de ninguna manera» a Neves, mientras que un 44% ve como «óptimo» el desempeño del PT en el gobierno.

Si se comparan estas tendencias con las observadas días atrás, es notorio el sprint de Dilma y el quedo de Neves. Hace menos de diez días, Aécio aventajaba por dos puntos a Rousseff, mientras que la imagen positiva del gobierno se situaba en niveles más bajos. Podemos aventurar algunas respuestas tentativas a este fenómeno.

Durante los últimos días, Dilma articuló sus apariciones y discursos entorno a tres cuestiones: los programas sociales, el nivel de empleo y la violencia hacia la mujer. En cuanto al primer punto, Rousseff espetó contra la campaña de los tucanos (como se los llama a los socialdemócratas) que buscaba instalar la noción que ellos habían sido los creadores de las principales políticas sociales, como Bolsa Familia o Prouni. Desde el PT se encargaron de mostrar la falsedad de éste argumento y la inconsistencia del planteo, ya que el PSDB durante éstos 12 años fue un férreo opositor a la expansión de la cobertura social.

Con respecto al nivel del empleo, los datos difundidos por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística dieron impulso a las declaraciones petistas en cuánto a las mejoras en el mercado laboral. Según estos datos, la desocupación bajó al 4,9 por ciento en septiembre, un 0,5 por ciento menor que en el mismo mes del año pasado. Actualmente en Brasil hay 1,2 millones de desocupados, mientras que al finalizar el último mandado del PSDB en 2002, había unos 11 millones.

En cuánto a la violencia hacia la mujer Dilma, Lula y todo el equipo del PT han logrado sacar provecho de los errores groseros de Neves. Durante el segundo debate televisivo, el candidato del PSDB llamó a Rousseff leviana, palabra con la que se suele hacer referencia a las prostitutas, y mentirosa. Ante esto, Lula dijo que no se puede tolerar semejante falta de respeto a una persona, a una mujer y, sobre todo, a una mujer que representa a una institución pública. Dilma, por su parte, declaró que ésta elección representa un punto de inflexión clave para continuar con el «empoderamiento de las mujeres». Sostuvo que tiene «un compromiso de luchar contra la violencia que es víctima la mujer» y «hay que reafirmar el derecho de las mujeres de hacer y de ser», porque en esta tarea esta comprometida la democracia en Brasil. La lucha contra la violencia de género recibe otra dimensión si se observa que el mayor porcentaje de beneficiarios de los programas sociales son mujeres. Las polémicas definiciones de Neves se agregan al historial de maltratos hacia la mujer con que se vincula al candidato neoliberal.

Además de todo esto, el PT ha logrado marcar con éxito fuertemente la «idea de opuestos». El planteo es simple: el Partido de los Trabajadores gobierna para todo el pueblo. En cambio, el PSDB, sólo para los ricos. Esta noción diseminada por Dilma y su equipo parece tener, además, un respaldo de quienes menos la quieren. Ante la difusión de las nuevas encuestas, la Bolsa de Valores de San Pablo bajó el 3,2 por ciento y el dólar superó los 2,5 reales, en su mayor cotización desde 2008. Neves se ha mostrado en los últimos días más cercano a las clases altas y medias, concentrando su discurso en aspectos como la ética, la moral y la libertad. Hasta ha dicho que su victoria sería la redemocratización de Brasil, ya que «liberará al país de un grupo que gobierna para pocos en detrimento de la mayoría». Estas palabras en boca del candidato de los conservadores y de las finanzas llaman poderosamente la atención.

Primer round Dilma-Aécio

Ayer se llevó a cabo el primer debate televisivo antes del balottage del 26. Los candidatos cruzaron fuertes críticas. Fue el primero de los cuatro debates programados.   

Por Santiago La Froscia- @slafroscia

Ayer por la noche a través de la cadena TV Bandeirantes, los candidatos a la presidencia Dilma Rousseff del PT y Aécio Neves del PSDB, desarrollaron el primero de los cuatro debates televisivos programados antes del balottage del 26 de octubre. Cada candidato tenía derecho a seis preguntas de tema libre. Neves articuló las preguntas y desarrolló las respuestas en claro tono de crítica y con la intención de denostar la gestión petista. Dilma, por su parte, marcó una postura comparativa entre los gobiernos del PT (2002-2014) y los del PSDB (1995-2002), con principal hincapié en los aspectos económicos, sociales y de corrupción.

Durante el debate, los temas discurrieron entorno a educación, economía, salud pública, corrupción, programas sociales, reforma política y seguridad.

En cuanto a la economía, Neves llegó a pedirle a Rousseff que pidiera «disculpas» por la administración en su gobierno, ya que «la inflación, sumada al desempleo y a la desindustrialización, conforman un horizonte negro». Dilma contestó que la inflación estaba controlada y que el aumento de precios se debía a cuestiones contextuales, relacionadas con la terrible sequía que sufren diversas zonas del país. Además, expuso el papel activo de la banca pública en inversiones de infraestructura, créditos para el agro y la industria, y en el financiamiento de programas sociales de vivienda y asistencia, como el Bolsa Familia y el Minha Casa, Minha Vida.Y justamente allí contraatacó a su adversario para dejar en claro que el PSDB tiene claras intenciones de privatizar todo el sector y desmantelar este sistema de créditos y de protección social, «para dejar al trabajador indefenso frente a la crisis global sistémica».

La corrupción fue también otro tema álgido. Dilma recordó los escándalos de Neves mientras fue gobernador de Minas Gerais (2003-2010), sobre todo el referido a la licitación y construcción de un aeropuerto con dinero público en terrenos familiares de Neves, sumado a la «poca investigación» de la policía estadual. Aécio, por su parte, enumeró los casos de corrupción al interior de Petrobras, a lo que Dilma respondió que bajo su mandato, los funcionarios con sospechas de corrupción fueron separados de su cargo y que «hay un combate contra la impunidad».

Sin embargo, el momento más tenso se generó cuando Dilma le preguntó a su adversario si la Secretaria Especial de Protección para Mujeres podría ser parte del «recorte de ministerios y dependencias públicas» que propone el PSDB. Neves se mostró dubitativo y respondió con ambigüedades, sin formular una respuesta clara. Este tema tiene más relevancia si se tiene en cuenta la denuncia de violencia de género que pesa sobre Neves desde el 2009, mientras él era gobernador de Minas Gerais, denuncia desestimada por Aécio pero sostenida desde entonces por quién la formuló, el periodista y bloguero Juca Kfouri.

Para finalizar el debate, cada candidato tuvo la palabra. Neves sostuvo que su mandato no será «el gobierno de un partido», sino que responde al «sentimiento de las personas». Además prometió cumplir con los acuerdos elaborados con el PSB y Marina Silva a cambio del apoyo a su candidatura. A este respecto, hay que recordar que si bien el PSB y Silva llamaron a sus votantes, unos 20 millones, a elegir a Neves, el presidente del PSB, Roberto Amaral, llamó a votar a Dilma, ya que las «facciones que manejan el PSB están renunciando a sus banderas históricas con el apoyo al PSDB». Dilma, por su parte, llamó a los trabajadores a que comparen proyectos y que observen quién defiende sus derechos. Durante el fin de semana, Dilma realizó un acto con más de 500 movimientos sociales y sindicatos de todo el país, dónde recibió el apoyo de estas entidades y prometió avanzar con las reformas políticas necesarias para la democratización y transparencia del Estado federal.

Elecciones Brasil 2014: En la cuenta regresiva

Las últimas encuestas difundidas el martes por la noche dan a Dilma una ventaja que oscila entre 15 y 17 puntos porcentuales. Marina Silva tambalea en un mar de contradicciones. Hoy, el último debate entre los candidatos presidenciales antes de las elecciones del domingo. Por Santiago La Froscia- @slafroscia

Según la encuesta difundida por Datafolha el martes por la noche, la actual presidenta y candidata del PT Dilma Rousseff, lidera las intenciones de voto en todas las regiones de Brasil, hecho que no sucedía desde finales de agosto y que muestra un franco ascenso de la candidata oficial. La distancia que mantiene con su perseguidora más cercana, Marina Silva del PSB, oscila entre los 15 y 17 puntos porcentuales. Hay que notar, además, que en los últimas semanas la brecha entre Silva y Néves, candidato del PSDB y tercero en las encuestas, se ha achicado a tal punto que Neves aventaja a Silva en algunas regiones y en otras hay un «empate técnico».

Esto deja sobre la mesa tres posibles escenarios. En primer lugar, si Dilma mantiene el ritmo de crecimiento hasta la fecha, y si Silva sigue cayendo y Néves no da el salto, no sería imposible que obtuviera más del 50% de los votos y ganara en primera ronda, aunque a priori es lo menos probable. Otra posibilidad que se abre si Néves continúa en ascenso y Silva en retroceso, es el ballotage entre Dilma y Néves, lo cuál sería un escenario favorable para la candidata del PT, ya que se descuenta que los votantes de Silva, muchos de ellos petistas desencantados, no emigrarían en bloque hacia Néves en segunda ronda. El tercer escenario, en cambio, ofrece más dudas para la reelección de Dilma. Néves es un acérrimo enemigo del PT, y es muy probable que en un eventual ballotage entre Silva y Dilma, llame a sus seguidores a votar por la candidata del PSB. A pesar de ésto, tanto la encuesta de Datafolha como la de Ibope, difundida el mismo día, dan a Dilma como ganadora en cualquier escenario.

Por otro lado, es llamativa la pronunciada baja de Silva en los diversos sondeos. Hace menos de cuatro semanas, los grandes medios de comunicación habían instalado la frase «el huracán Marina» en referencia al aumento veloz en intención de voto que había cosechado en pocos días. Y hoy, justamente, se está hablando de todo lo contrario. Entre los motivos que pueden rastrearse como causales de ésta baja, algunos tienen que ver con la propia candidata y otras se refieren al PSB. La dirección actual del partido está públicamente enfrentada, lo que le otorga una imagen de fragilidad y división infranqueable. Además, es un partido con una estructura nacional mucho más reducida que el PSDB, el cuál cuenta con una presencia considerable en las grandes ciudades.

La candidata, por su parte, posee demasiadas inconsistencias que son altamente visibles. El domingo pasado, durante un debate televisivo llevado a cabo en la cadena TV Record, Dilma le recordó que había cambiado cuatro veces de partido en tres años y le preguntó cómo era posible que se haya olvidado de sus cuatro votos negativos a una ley destinada a combatir la pobreza, ya que previamente había declarado que votó a favor. Luego, un periodista le preguntó cómo haría para mantener políticas sociales redistributivas con un gabinete de corte eminentemente liberal y a la banca financiera privada como principal sostén. Silva respondió que «hará lo que la sociedad brasilera le pida».

Hoy se llevará a cabo el último debate televisivo antes del cierre de campaña. Se realizará en la cadena Globo, un gigante mediático y principal opositor al gobierno. Ayer, antes de viajar a Rio de Janeiro para el debate, Dilma debió salir a desmentir acusaciones sobre corrupción. Tal y como dice Pignotti, «nadie se sorprenderá si propagan alguna otra “bomba” contra la presidenta/candidata horas antes de la votación».