Bolivia y Chile: disputa por el mar

Bolivia presentó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) el alegato contra la impugnación de competencia presentada por el Gobierno de Chile contra ese tribunal referente a la demanda marítima boliviana. El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, dijo que «para que renunciemos a nuestro derecho al mar, nos tienen que matar a todos».

Por Santiago La Froscia-@slafroscia

El 14 de julio el Gobierno chileno presentó ante la CIJ un recurso de excepción para este tribunal desconociera la demanda marítima boliviana. El recurso de excepción presenta una serie de argumentos que pone en cuestión la competencia de la CIJ para expresarse sobre dicha demanda. Este hecho generó un «momentáneo detenimiento» del «proceso de fondo», es decir, la presentación elaborada por Bolivia en 2013 para reanudar el diálogo entre los dos países en base a las promesas de salida al Pacífico realizadas por Chile a Bolivia.

Cinco meses tenía el Gobierno boliviano para presentar su alegato contra el recurso excepcional, y lo realizó una semana antes de la fecha límite estipulada por La Haya. Según el secretario general de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima (Diremar), Emerson Calderón, “se ha estado trabajando arduamente en los últimos meses, tanto en nuestro país como en el extranjero, para preparar el contenido de la respuesta». La intención del alegato es doble: en primer lugar demostrar que la CIJ es competente para decidir en esta cuestión y, en segundo lugar, para instar a Chile a retomar el diálogo bilateral. Se espera que, tras la evaluación del recurso chileno y la respuesta boliviana, la Corte determine, en virtud o no de su competencia, el inicio de la fase oral.

El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, se manifestó al respecto y dijo que “para que renunciemos a nuestro derecho al mar nos tienen que matar a todos, para que renunciemos a nuestro derecho al mar nos tienen que hacer desaparecer como pueblo, como cultura». Además, agregó que la Guerra del Pacífico, iniciada en 1879 tras la invasión chilena a Antofagasta,  tuvo «efectos perversos» y «graves consecuencias económicas», principalmente en el comercio y en el desarrollo boliviano

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Heraldo Muñoz, sostuvo que «Bolivia pretende desconocer de forma encubierta el tratado de 1904 que fijó de mantera definitiva, a perpetuidad la frontera de los dos países”. Con respecto a las declaraciones de García Linera, el canciller se lamentó por las «palabras altisonantes», «destempladas», a las cuáles «ya estamos acostumbrados, pero no importan, porque lo que importa es lo que se presenta en la Corte”.

Victoria de Evo confirmada

El Tribunal Superior Electoral (TSE) confirmó la victoria de Evo Morales en las elecciones del pasado fin de semana. El MAS logró imponerse en todos los departamentos menos en Beni. La oposición crítica el desempeño del TSE y desconoce los resultados. Por Santiago La Froscia- @slafroscia

"Chavo del Ocho" y Evo Morales

El MAS se impuso en las elecciones presidenciales de Bolivia con el 61,04% de los votos, mientras que su perseguidor inmediato, la Unión Democrática de Doria Medina, logró el 24,4%. Más atrás quedaron el Partido Demócrata Cristiano con 9,07%, el Movimiento Sin Miedo con el 2,72% y el Partido Verde con el 2,69%. Hay que aclarar que no se han computado el 100% de los votos, ya que todavía resta un 0,18% del total. Este porcentaje representa a 49 mesas, 44 en Santa Cruz y 5 en Oruro, que repetirán la elección el domingo que viene.

De los nueve departamentos en los que Bolivia se divide, el MAS de Evo Morales obtuvo la victoria en ocho, incluidos Pando, Santa Cruz y Tarija. Sólo perdió en Beni, donde se impuso la UD de Doria Molina. Observar este resultado es clave. Los cuatro departamentos mencionados forman lo que se conoce como Media Luna rica, en donde se concentran las clases medias, los hombres de negocios y la oligarquía blanca de los hidrocarburos. Fue en ésta región dónde en el año 2008 estalló una crisis política aguda, definida por Evo Morales como «intento de Golpe de Estado civil», que puso en jaque la unidad territorial boliviana y llevó al país a las puertas de una guerra interna. Seis años después, Morales logra la victoria en tres de estos departamentos, mientras que Beni queda como el único bastión de la oposición.

La elección deja otros hechos para observar. En primer lugar, el MAS no ha logrado obtener los 2/3 necesarios de representación propia en la Cámara Baja para ser mayoría, aunque sí lo ha hecho en el Senado. Donde también se ha quedado a las puertas del quorum propio es en el pleno de la Asamblea, es decir diputados y senadores juntos, ya que de los 111 miembros necesarios, ha logrado 109. Esto no es definitivo, ya que resta computarse el 0,18% restante, aunque parece difícil revertir la ecuación.

Otro hecho para destacar es que el Partido Verde y el Movimiento sin Miedo no han alcanzado el umbral mínimo (3%) para mantener la personería jurídica y poder presentarse a elecciones. Dirigentes de ambos partidos han salido a criticar los datos electorales oficiales. Almaraz, candidato a senador por el PV, ha dicho que «los resultados electorales muestran que existió un fraude electoral para eliminar a la oposición de izquierda, porque es más cómodo combatir con la derecha». Sostuvo que es un «grave atropello dar resultados finales cuando no se han resuelto el sinnúmero de impugnaciones interpuestas de manera formal», por lo que el PV seguirá luchando «no solo por nuestra personería jurídica, sino también para proteger el derecho de la gente a elegir a sus gobernantes”. Yaskic, candidato a senador por el MSM, pidió al TSE que publique las actas físicas y que se aclaren las contradicciones en los cómputos.

Desde el otro sector del arco opositor también se han levantado voces de críticas. La Unión Democrática de Doria Molina ha expresado su desconocimiento a los resultados electorales. Argumentan que no rechazan la victoria de Evo, sino su «persistencia de lograr a la fuerza la mayoría en la Asamblea Legislativa», y que es absolutamente necesario que el Tribunal aclare las observaciones realizadas. Ortega, candidato a diputado por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), sostuvo que “mientras no exista una auditoría electoral, no se va a aceptar los resultados porque no tienen ninguna fiabilidad».

En el MAS, por su parte, el buen desempeño electoral otorga un doble espaldarazo. Reafirma e impulsa la trayectoria de una gestión que, tras dos mandatos, continúa como principal fuerza de manera indiscutible, aunque se hayan producido mutaciones de peso al interior del Movimiento. Y por otro lado permite prever resultados favorables en las elecciones gubernamentales del año próximo, dónde se eligen a los nueve gobernadores y a 330 alcaldes.